En estos días en que se encuentra abierto el plazo de renovación de abonos, y tras pasar la pasada semana por taquilla para efectuar la renovación, y mientras charlaba con otros compañeros Sevillistas esperando el turno, me vino a la memoria mi primer partido como Socio.
Aunque mi primera vez en el Sánchez Pizjuán fue un partido entre el Sevilla FC y el Colo Colo chileno allá por la pretemporada 1973-74, así como diversos partidos que mi padre me llevaba, e incluso entraba en el estadio cuando por aquella época era costumbre abrir las puertas unos 12 minutos antes de la conclusión de los mismos, mi debut como Socio propiamente dicho, fue el sábado 3 de Septiembre de 1977 frente al RCD Espanyol en el inicio de la temporada 1977-78, con Eugenio Montes en la presidencia y Luis Cid "Carriega" como entrenador.
Aquella noche jugaron por el Sevilla F.C. los siguientes jugadores; Paco, Juanito, Gallego, San José, Rivas, Jaén, Montero, Varela, Biri-Biri, Rubio y Sánchez Barrios. También entraron a lo largo del partido Pablo Blanco y Araquistain. La dirección del partido corrió a cargo del colegiado Sainz Elizondo, y al final del encuentro los marcadores del estadio (que por aquellas fechas eran manuales y se situaban a pie de césped en las bandas de Preferencia y Fondo, y sobre la pista de albero perimetral que luego se convirtió en foso) señalaron un claro 3-1 a favor del equipo de Nervión. Los goleadores fueron Julián Rubio con dos dianas y Sánchez Barrios por el Sevilla, mientras que por el conjunto blanquiazul de la ciudad condal lo hizo Marañón.
Mi ubicación en aquel partido fue en la Tribuna Alta de Gol Norte, justo detrás de la portería. Por aquel entonces en el estadio existía una particularidad, y es que con el carnet de Socio sólo se tenía acceso a las tribunas baja o alta de las zonas Norte o Sur indistintamente, que eran sin numerar. Y el que quisiera ubicarse en zona numerada o de asiento, bien en Banco de Pista o Voladizo de los propios Goles Norte o Sur, o bien en cualquier otra parte de Preferencia o Fondo, debía disponer de una tarjeta adicional de asiento. Así, para el acceso desde la calle se usaba el carnet de Socio, y quien dispusiera de localidad numerada, al entrar en la misma tenía que presentar la citada tarjeta de asiento. El control de acceso era manual, por lo que los carnets y tarjetas de asiento llevaban una numeración que según el partido, los porteros la taladraban con una pequeña máquina que disponían al efecto.